Sali de viaje unos días, un poco triste e incierta de que iba a hacer, llegue y me senté a esperar mi salida, dediqué ese tiempo a leer los mensajes del celular, siempre te recuerdan un evento.
Tomé mi lugar y una linda señora se sentó a mi lado, su aspecto era agradable, se fué todo el camino platicando de una manera muy divertida, al final me dijo, "desde que te vi entrar a la sala quise sentarme contigo".
Llegamos a nuestro destino y simplemente nos dijimos "un gusto conocerte". Ni pensé en lo tedioso de las horas.
Tomé mi lugar y una linda señora se sentó a mi lado, su aspecto era agradable, se fué todo el camino platicando de una manera muy divertida, al final me dijo, "desde que te vi entrar a la sala quise sentarme contigo".
Llegamos a nuestro destino y simplemente nos dijimos "un gusto conocerte". Ni pensé en lo tedioso de las horas.
Al regreso, ya en la fila para comprar mi boleto, una señora me dice que si puedo ayudarla con una maleta, me sorprendió, y le dije si, delante de mi estaba un muchacho que vió mi cara de desconcierto y se apresuró a decir: -"si se lleva la maleta de la señora, tendrá que esperar a que bajen lo que documenta abajo, ¿Usted trae solo esa maleta de mano? No se complique". Entonces me atreví a decirle a la señora que no podía hacerlo, porque traia prisa al llegar a Monterrey.
Cuando subíamos le dije al joven, gracias por su ayuda, a lo que contestó, despues de ver su cara, ¡Cualquiera la hubiera ayudado!
¡En el camino siempre estará un ángel que hará tu vida mas plascentera! Espera por el tuyo.
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