En una ocasión, me quejaba desesperada con mi hermana, le compartía cuanto trabajo me costaba educar a mis hijos, -"las cosas no son como cuando estábamos nosotros chicas" -le decía enojada, "recuerdo que cuando hacíamos algo equivocado, papá volteaba y con una mirada entendíamos que algo habíamos hecho mal, no preguntábamos el porque los permisos no se nos concedían, solo sabíamos que no podíamos ir".
Mi hermanita me dejó hablar, quejarme todo lo que quería y al final me preguntó, -¿Que le pediste a Dios que le diera a tus hijos? -le contesté con un poco de incertidumbre: -"Que fueran seguros de sí mismos, que supieran lo que querían, que defendieran su punto de vista", -emocionada seguí enumerando mis peticiones- "¡Que no se dejaran de nadie!"
A lo que contestó con la sabiduría que le carácteriza:
Bueno Chula,! Ahora vive con eso! Decidí dejar de quejarme... :D
Mi hermanita me dejó hablar, quejarme todo lo que quería y al final me preguntó, -¿Que le pediste a Dios que le diera a tus hijos? -le contesté con un poco de incertidumbre: -"Que fueran seguros de sí mismos, que supieran lo que querían, que defendieran su punto de vista", -emocionada seguí enumerando mis peticiones- "¡Que no se dejaran de nadie!"
A lo que contestó con la sabiduría que le carácteriza:
Bueno Chula,! Ahora vive con eso! Decidí dejar de quejarme... :D
comentarios:
Anabel Roa dijo...
jajaja siiiii, ahora tengo que trabajar conmigo, no estaba preparada para lo que le pedi a Dios......
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