domingo, 5 de diciembre de 2010

SIEMPRE AHI PARA MI...

Venía camino a casa, mi madre de copiloto, dirigiendo toda desición que se debía hacer, "¡Muchacha, no te cruces de carril!" Su plática era sobre la crema que debía aplicarme para que no me aparecieran manchas, pero antes del consejo, su usual introducción, "Sé que no le das importancia, pero al final me lo vas a agradecer"
Podía dirigirme, aconsejarme, darme la receta de la crema y regañarme, ¡Todo al mismo tiempo! Tengo cuarenta y tantos y definitivamente me sigue viendo como su hijita, para ella no terminamos de crecer.
Por eso he podido ser quien soy ahora...porque siempre he tenido una madre que está ahí para mi, aunque en muchas ocasiones crea que no la escucho.

Mi sobrina le escribió a su madre, quien junto con sus siete hermanos y una madre que siempre estuvo ahí salieron adelante, llegando a ser grandes personas:
"No te preocupes porque tus hijos no te escuchan, preocupate porque siempre te están viendo"

Mami, todo lo que hemos pasamos fué por una razón y sé que aún crees que no te escucho, pero creeme: Te llevo conmigo cada día, te he puesto atención a lo largo de mi vida. Somos una raza diferente a el resto del mundo y los niños de tus hermanos, mis primos, serán grande personas simplemente por el ejemplo que ustedes ocho nos han mostrado".

Siempre creemos que nuestros hijos no nos escuchan, siempre estaremos preocupados, y que felicidad cuando vas viendo que toman desiciones acertadas gracias al ejemplo que les damos.

ES UN ALIVIO ¿VERDAD?

domingo, 19 de septiembre de 2010

ME GUSTAN LAS FLORES! (Por Laura Roa)

Me gustan las flores! No, mas bien, me encantan las flores!

Cuando veo una flor pienso en belleza, serenidad y seguridad en si misma.
Si, seguridad en si misma, porque la flor sabe que es bella. Cuando abre sus pétalos por la mañana dejando que el mundo la admire, no se pregunta si ese día será o no bella, solo lo es. No busca su belleza en el reflejo de los demás, no pelea por su reconocimiento, solo se deja envolver por los rayos del sol, se deja mecer por el viento con la completa seguridad que su belleza es parte de ella, por eso es flor.

Me encanta las flores!

Pocas veces he recibido flores. Así que cuando veía que alguien recibía flores instantáneamente me asaltaba un sentimiento de inseguridad. Por que a ella si y a mi no? me preguntaba. Será que ella es mejor, mas buena, mas bella, será mas amada o se lo merecerá mas?

Hasta que un buen día decidí regalarme un ramo de flores. Sentí tanto placer al escogerlas, disfrutando su aroma y su color. Fue tan grande el regocijo que me embargo al llevarlas a casa que desde entonces me regalo flores con frecuencia.

Las pongo cerca de mi cama para que sea lo primero que veo cuando me despierto y me recuerden que soy tan bella, serena y suficiente como ellas. No me tengo que comparar para saberlo, nadie me lo tiene que confirmar, solo lo soy.
En cuanto al origen de como llegaron a mi, no importa. ¿Por que tengo que dejarle esa carga de expectativas a alguien mas?

Se que como la flor, soy bella, se que soy amada, se que soy especial y se que me las merezco!
SOY FACIL DE CONVENCER

Me he dado cuenta que soy tan facil de convencer.
En ocasiones, cuando llegan mis hijos a casa, les digo "¿Como te fué? Enojados por algo que yo ni enterada estoy, me responden de manera grosera y pienso -"Yo también por preguntar, quién me manda", pero vuelven al rato, me preguntan con diferente tono, -¿Que nos hiciste hoy para comer? con enojo contesto, ¡Lo que les gusta! con una sonrisota me da un abazo y me dice ¡Gracias mamá! y se me olvida hasta porque me enojé.


Mi marido me habla, habiendo discutido de algo en lo que no estábamos de acuerdo, y me dice tan campante, ¿Que haces? respondo -¡Limpiando! y con una carcajada dice ¿A poco estás enojada? Cuando regrese nos vamos a cenar. Y la sonrisa regresa a mi cara.


Y así, sentida con mi sobrino, llega con una cara de felicidad y dice: ¡Hola Tía que gusto verte! y no puedo mas que sonreír, darle un beso y escucharlo con atención, ¡Platica tan ameno! y que guapo está.


Que barbaridad, no puedo mantener mi enojo más allá de lo que tardan en sonreir...pero definitivamente ¡Me encanta ser tan facil de convencer!